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Desde la alacena es una serie de divulgación científica y alcance.
Esta columna fue parte de la fiambrerita del 15 de diciembre de 2024.

Si un hato lechero con noventa y dos vacas en Puerto Rico reduce dos minutos en el ordeño por tanda, ahorraría quinientos cincuenta horas. Eso son cientos de horas en las que no se gasta energía, ni se perjudica el bienestar del animal. Ese dato es el que tengo más presente—bueno, digamos, el que subrayé fuerte—de todos los que escuché en la 47ma Reunión Científica de la Sociedad Puertorriqueña de Ciencias Agrícolas, este pasado 13 de diciembre, en Aguadilla. Siempre aprendo mucho en esta conferencia que está por cumplir cincuenta años.
Mejores estrategias de ordeño y cuidado del animal pueden aumentar su bienestar y también su producción
El dato que mencioné arriba lo compartió Martín J. Carrasquillo Mangual, extensionista e investigador de la Michigan State University. Presentó su estudio sobre la caracterización de la dinámica de ordeño en hatos lecheros de Puerto Rico. El sobreordeño es un problema generalizado en ese sector agrícola que, aún con sus retos, produce la totalidad de la leche fresca que consumimos y representa el 25% de ingreso bruto agrícola.
En su trabajo, Carrasquillo y su equipo encontraron que 3.30 minutos pudiera ser un tiempo estándar para ordeñar adecuadamente y no maltratar la ubre de la animal. La investigación sugiere que hatos que utilizan retiradores automáticos redujeron el sobreordeño.
Aparte del sobreordeño, otro reto que enfrentan los hatos es la mastitis en sus animales—esta es una inflación dolorosa en las glándulas mamarias de la ubre y puede ser causada por trauma (sobreordeño, por ejemplo) o por infección. Y esa última causa, se da por microbios (patógenos). La mastitis bovina causa casi nueve millones de dólares en pérdidas de producción. Entonces, ¿cuál es el perfil de estos patógenos en nuestras vaquerías? Jaime Curbelo y su equipo contestaron esa pregunta, pues es parte importante para prevenir, manejar y remediar las mastitis.
Los patógenos se categorizan como contagiosos (se transmiten de animal a animal), ambientales (del ambiente al animal) o mixtos (del ambiente al animal y de este a otro animal). Encontraron que los patógenos ambientales predominan y esto debido a nuestro clima tropical. Las bacterias Streptococcus spp. y Staphylococcus spp. fueron las más comunes.
Algo que destaco de ese estudio y el anterior es que para tener una producción saludable y adecuada no se puede obviar el bienestar del animal. Por ejemplo, muchas de las fincas lecheras carecen de sombra. Y con estos tiempos calientes, las vacas se acumulan en uno o dos arboles para salvaguardarse. Eso es ambiente propicio para estrés por calor y de riesgo para la infección. Carrasquillo y Curbelo enfatizaron en que estas investigaciones continuarán y que los datos serán compartidos con ganaderos.
El ganado criollo puertorriqueño debe preservarse
No sabía que las vacas que trajeron los españoles en los 1500s estuvieron libres, por ahí, por 400 años. Estas poco a poco fueron siendo seleccionadas por agricultores, criando así el ganado criollo del país. De hecho, eso también propició la cría de la vaca pelona, la cual también esta atemperada a nuestras condiciones climáticas. También aprendí que en los cuarentas había alrededor de trescientas mil cabezas de ganado criollo en Puerto Rico. Pero se redujeron drásticamente en los cincuentas con la llegada de tractores y la mayor importación de ganado europeo. Sin embargo, en la actualidad hay mucha gente que aún preserva el ganado criollo. Y este continúa aportando a la sustentabilidad de fincas familiares, arando terrenos, produciendo alimento.
Eso enfatizó Héctor Sánchez, quien llevó a cabo un estudio para conocer el perfil genético del ganado criollo. Estudiaron muestras de cincuenta y dos ejemplares. Los resultados revelaron que el ganado criollo tiene una genética idónea con buen potencial para producir leche y carne en un Puerto Rico cada vez más caliente.
El estudio genético reveló que el ganado criollo local tiene una vida productiva (longevidad) adecuada y es de alta fecundidad. Además, encontró que su leche tiene una buena composición de grasa y proteína, lo cual indica que se pueden criar animales con características idónea para producir carne o leche.
Algo que me llamó la atención es que las pruebas que se hicieron, las cuales determinan valores de cría, son hechas a base de ganados del Globo Norte. Parece que necesitamos determinantes locales, nuestros, tropicales, para caracterizar y entender mejor los parámetros de producción de nuestros animales.
Una guía curricular para enseñar fitopatología—la ciencia que estudia la enfermedad de las plantas—en fincas y salones de clases
La primera vez que escuché la palabra “fitopatología” fue en la clase de biología de mister Laboy en la Carmen Belén Veiga de Juana Diaz; la clase del famoso mister Frog. ¿Cómo hubiese sido la clase si él hubiera tenido acceso a una guía curricular sobre ese tema? Nicole Carrión presentó sobre la que ella y Sofia Macchiavelli desarrollaron.
Esta guía tiene diversos módulos sobre los conceptos sobre esa ciencia que estudia las enfermedades relacionadas a las plantas. Para crearla, conversaron con agricultores sobre los retos principales en sus producciones en torno a plagas y enfermedades. La guía curricular cuenta con actividades colaborativas y participativas para hacer más dinámico el aprendizaje sobre la patología de plantas. Esta ya fue evaluada por agentes agrícolas y agricultores.
El conocimiento fitopatológico pudiera ser de utilidad para el manejo y planificación de fincas, pero también se puede aplicar a huertos caseros o a producciones ornamentales. Cabe destacar que mucho material educativo que utilizamos en fincas y salones de clases es importado, por lo que tener materiales hechos aquí para aquí puede ser altamente beneficioso.

El profe en mí está orgulloso porque nuestra egresada de UPR Utuado, Joami Gizmán, quien tomó mi seminario, será la nueva Secretaria Tesorera de SOPCA 👏🏾Y mis felicitaciones a Mildred Cortés, quien fue reconocida por su labor académica e investigativa.
Esta columna es parte de La Fiambrera, un proyecto que enlaza mis amores por la investigación en sistemas agroalimentarios, la comida y cocina, al igual que la narrativa. Recibe una fiambrerita todos los domingos. ¿No recibes una fiambrerita semanal? Suscríbete aquí. Puedes acceder el archivo de las pasadas fiambreras aquí y acá puedes ver todas las pasadas columnas.
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