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Esta columna fue parte de la fiambrera del 19 de junio de 2023.
1. Al casi inexistente teatro La Perla de Ponce le hacen falta 500 butacas para que cada melón de agua, de los 1700 que la finca Tierra Santa de Santa Isabel cosechó, tuviera una silla para esperar a que lo compraran.
Sobre lo frecuente que vemos esos reclamos como los de agricultora Carla Escalera en las redes sociales, el Secretario Torres Beiró de Agricultura dijo en Radio Isla que no hay que crear crisis porque el problema lo están atendiendo. Comentó que están trabajando incentivos y desarrollando cooperativas para que productores procesen y vendan sus productos. Eso puede ser buena iniciativa, pues ayuda a abrirle caminos a productores con capacidades de administración y económicas limitadas. Aura Alonso Rodríguez, ecóloga que investiga cómo elementos sociales, ambientales y económicos inciden en la capacidad de adaptación a impactos entre agricultores, me comentó de ejemplos que ha visto sobre cómo organizarse (siendo la cooperativa un ejemplo) provee mecanismos accesibles para sustentar las ventas de sus fincas. Claro, en cuanto a las cooperativas del Departamento, hay que ver quiénes tienen acceso y cómo se trabajan.
Algo que me llamó la atención fue cómo el secretario hizo hincapié en que los agricultores deben planificar su siembra y el mercado de sus productos. Expresaba cómo los consumidores, supermercados e importadores deben comprar lo de aquí. ¿Por qué siempre nos enfocamos en lo individual? Está bien que cada quién asuma una responsabilidad, puesto que las fincas también puede ser negocios. Sin embargo, desde el estado, no podemos andar achacándole todo a los agricultores y a supermercados, puesto que no es trabajo de ellos diseñar políticas públicas, regulaciones o programas que fomenten la compraventa de productos locales. Claro, Puerto Rico no puede liberarse de las leyes de cabotaje o del DR-CAFTA que permite la libre importación de productos centroamericanos y dominicanos, pero sí puede hacer lo máximo para liberar al sector agrícola de obstáculos instituciones y de altos costos de producción. Gran parte de los agricultores entiende que Puerto Rico no cuenta con las leyes y medidas necesarias para proteger y apoyar la agricultura local.
2. ¿Qué significa soberanía alimentaria para el alcalde de Sabana Grande? Parte de esa soberanía comprende expandir el acceso a opciones y disminuir competencias desleales.
A propósito de la ley agraria que el congreso debe trabajar antes de diciembre, la famosa Farm Bill—en verdad es un conjunto de varias medidas—algunos políticos locales y diversas organizaciones están promulgando que el programa suplementario de asistencia nutricional (SNAP) aplique a Puerto Rico. Actualmente recibimos NAP, una subvención en bloque que se utiliza para tarjeta del PAN. El alcalde de Sabana Grande envió una carta a congresistas en la que apoya tal cambio y recomienda que parte de esos nuevos fondos que recibiría Puerto Rico sean dirigidos a apoyar al agro local, a modo que se fortifique nuestra soberanía alimentaria. Pierluisi entiende que promover restricciones de ese tipo no se alinea con la paridad que él entiende merecemos. O sea, que lo mejor es desarrollar programas a nivel local. En parte puede tener razón, pues el SNAP es algo que les envía directo a beneficiarios. Ponerle particularidades pudiera dificultar que se apruebe para Puerto Rico.
Sin embargo, lo que me llama la atención es que alguien vea en un programa federal la oportunidad de promover la soberanía alimentaria para Puerto Rico. Quisiera conversar con él para conocer cómo define eso.
La soberanía alimentaria, en distintos niveles, implica que las personas tengamos injerencia sobre las leyes y mecanismos que rigen nuestro sistema agroalimentario. Parte de ello es que las opciones sean equitativas, que todas las personas tengan acceso a ellas. Yo pienso que un legado de Luisa “Piti” Gándara, la exlegisladora y ex primera dama que falleció la semana pasada, luego de una ardua batalla contra el cáncer, fue proveernos un ejemplo de esa posibilidad. Hoy un local no puede cobrar por cambiar un refresco por agua, gracias a una ley que ella sometió. Una que no pudo concretizar, fue la de ponerle un impuesto de 14% a bebidas azucaradas para crear un fondo para la niñez que se utilizara para fortificar su educación y salud temprana. En un tiempo en el que no se hablaba mucho de seguridad nutricional o soberanía alimentaria, ella estaba proveyendo ejemplos de lo que eso conllevaba. Además de que, al ella promover esos proyectos, visibilizó el poder que entes industriales tienen sobre nuestro sistema agroalimentario. Ojalá que se retomen proyectos y conversaciones que ella comenzó.
4. Hay muchas personas, como la familia de Piti Gándara, que están procesando una pérdida. Ya sea reciente o de hace algún tiempo; navegar eso es difícil. Aquí pausamos para leer un poema del Cántico Cósmico de Ernesto Cardenal:
No has dejado de existir:
Has existido siempre
y existirás siempre
(no sólo en éste,
en todos los universos).
Pero es cierto,
una sola vez viviste,
pensaste,
amaste.
Y ahora estás muert[a].
Es estar digamos como la tierra, o la piedra, que es lo mismo,
«la piedra dura porque esa ya no siente».
Pero no, nada de piedra dura,
sí estás sintiendo,
más allá de la velocidad de la luz
del final del espacio que es el tiempo,
totalmente consciente,
dentro de la conciencia
vivicísima
de todo lo existente.
5. No dudo en que Orlando, como cualquier padre, si pudiese disminuir los obstáculos que enfrenta su hija para echar pa’ adelante su finca, lo haría.
En una entrevista con NotiCentro, Orlando Escalera, papá de Carla, con un rostro algo angustiado, expresó que él ya se retira y que le preocupa que su hija y tantos otros agricultores jóvenes, no tengan en apoyo para producir el alimento que necesitamos para reducir ese ochenta-pico por ciento de importaciones.
Bien pocos agricultores entienden que los alimentos importados a Puerto Rico no son un obstáculo para que la agricultura local aumente su acceso a mercados puertorriqueños. Es común escuchar cómo se les hace difícil acceder a supermercados y más que todo, competir con el precio de los productos de afuera. En aquella enentrevista con Radio Isla, el secretario comentaba que “(…) los importadores tienen que integrarse (…), que habiendo una producción excelente [en Puerto Rico], vemos en algunas cadenas [de supermercados] melones de República Dominicana y eso es imperdonable”. A preguntas de Maricarmen Ortiz sobre cómo se puede atender ese asunto, Torres Beiró dijo que no hay capacidad en ley para disminuir esas importaciones. Mencionó que los supermercados tienen que tener la consciencia para apoyar el producto local. Subrayó que Econo ya estaba en conversaciones con los Escalera, quién él conoce de años. Si agricultores con acceso directo al secretario enfrentan dificultades, imagínese los que no. Hace tiempo ADEA les compraba producto a los agricultores. ¿Cómo se vería un sistema unificado en el que se les compre productos al sector agrícola?—pronto escribiré más a fondo sobre la situación de compra y venta de productos agrícolas y de pescados.
Quizás un buen regalo del Día de los Padres para Orlando Escalera fue que lograron visibilizar el difícil acceso que tienen los agricultores a mercados locales, además de que pudieron asegurar la venta de los melones que cosecharon.
Esta columna es parte de La Fiambrera, un proyecto que enlaza mis amores por la investigación en sistemas agroalimentarios, la comida y cocina, al igual que la narrativa. Recibe una fiambrerita todos los domingos. Suscríbete aquí.
Nota: En el reportaje, Carla Escalera dijo «1700 cajas de melones». Lo interpreté como 1700 melones.
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