Illyanna Maisonet y Natalia Vallejo ganaron un Premio James Beard: Algunas reflexiones sobre la puertorriqueñidad

4–6 minutos

leer


Esta es la columna semanal del newsletter La fiambrera. Suscríbete aquí.
Esta columna fue parte de la fiambrera del 11 de junio de 2023.


Una queridísima amiga, Melissa Pasanen, me invitó a ver una pieza de baile contemporáneo en una noche fría del invierno eterno vermonteño. Me quería quedar en el hospedaje, pero cuando se es estudiante, no se le pueden decir que no a esas raras invitaciones. Lamento no recordar el nombre del grupo, pero sí que parte del grupo eran Chicanos o mexicanos-estadounidenses. Hubo uno de los performances que, en el fondo, un monólogo sobre ser de algún lugar sonaba, mientras el muchacho bailaba. Mas bien, una voz triste contaba lo que se sentía ser señalado por sus familiares en México, por sus vecinos en California, lo que se sentía ser burlado por el spanglish o el español que no compartía acento chilango. Ni mexicano, ni californiano, ni estadounidense. No eres de aquí, ni de allá. Fue allí en ese teatro que memorias vinieron a mí, que me cuestioné y me señalé.

Recordé eso cuando vi los stories del Instagram de la escritora y chef, Illyana Maisonet. Esta semana fueron los premios de la Fundación James Beard—los Oscares de la gastronomía. Mientras medios locales y estadounidenses aplaudían a Natalia Vallejo, puertorriqueña con un restaurante en Santurce y ganadora de Mejor Chef Sur, Maisonet, puertorriqueña que vive en Estados Unidos y que ganó como Voz Emergente, pasaba desapercibida. “First Puerto Rican (…)”, decía un titular sobre Vallejo. A lo que Maisonet escribió en su Instagram: “No me invisibilicen. Yo sé que puede sonar petty, pero yo gané un James Beard dos días antes que la bella y talentosa Natalia Vallejo”. Otro de sus stories decía, “Nada dice que no eres lo suficientemente puertorriqueña cuando puertorriqueños ignoran que ganaste un James Beard award tres noches antes por haber escrito un libro puertorriqueño”. [1]

Sería hipócrita de mi parte ignorar las veces que me burlé, negué o cuestioné a personas que se nombraban puertorriqueñas, boricuas, pero que para mí no lo eran. “Naciste allá afuera, no eres puertorriqueño del todo. No hablas español, tampoco lo eres”. Y hay otros ejemplos más de cómo miramos por encima del hombro a aquellos que no consideramos nuestros pares. Niuyorrican, dominirriqueño, gringo boricua. Y aún si naciste afuera y te han criado aquí desde los dos años, no te salva de epítetos, burlas y cuestionamientos. Chino, dominicano, árabe, cubano, pero no puertorriqueño. Mientras pasaban los años, me importaba menos si alguien que no hablara español o que no viviera en Puerto Rico se decía puertorriqueño. Hasta que en Vermont, cuando fui a ese evento con Melissa, me cuestioné y me señalé—el poder del arte.

Maisonet fue galardonada por su libro, Diasporican, en la gala de Medios que se llevó acabo antes que la de chefs y restaurantes, la cual es más visible. Kisai Ponce, puertorriqueña en Thrillist, también fue galardonada en la gala de medios por «Innovative Storytelling». Diaporican enlaza la memoria y la narrativa creativa para contar la fuente de las recetas que allí se confeccionan. Es un libro precioso, donde encontrarás recetas como pastelón, pollo guisado, entre otras recetas. La autora integra ingredientes de su caminar en la diáspora en algunas recetas y también nos regala otras que ha confeccionado. Vallejo, fue galardonada como Mejor Chef Sur por su trabajo en Cocina al fondo (todavía pienso el caldo de gallina y el postre con helado de parcha). Y fue esta última quién tuvo mayor visibilidad en los medios. Incluso, El Nuevo Día la reseñó, al igual que a La Casita Blanca, restaurante puertorriqueño también galardonado, pero no a Maisonet.

La figura del chef se ha vanagloriado de un tiempo para acá. Claro, una persona puede ser muchas cosas y ser chef implica más que cocinar o crear recetas. Sin embargo, culturalmente, un chef de ahora no se le ve igual a un chef de hace años—bastante distinto que a figuras de otros trabajos. El chef ahora es estrella. Por lo que no me sorprende que la Fundación y nosotros no equiparemos a escritores y chefs. Pero Illyanna Maisonet es ambos. A eso le añado, como me comentó la activista y académica dominicana, Vanessa García Polanco, debemos tener en cuenta que ella es una puertorriqueña que ha vivido la mayoría de su vida en California y su apariencia no se ajusta a lo que estos medios quieren ver y aplaudir. No nos deben sorprender las distintas reacciones a ambos premios.

Algunos medios, como Bonita Radio, La Mafia, Hablemos de Comida, entre otros del patio, aplaudieron a estas dos chefs puertorriqueñas y a La Casita Blanca. Yo las aplaudo también. Al ver los stories de Illyana Maisonet, recordé y sentí escalofríos y vergüenza por aquellos pensamientos excluyentes y discriminatorios. Quedo agradecido de aquel momento en el teatro. Por supuesto, pueden haber algunas diferencias entre los de aquí y los de allá—pero esta columna no es para hablar de cuestiones transnacionales.

Hace tiempo, Luis Rafael Sánchez dio un discurso que dio paso a que el diccionario de la Real Academia Española acogiera puertorriqueñidad: “Carácter o condición de puertorriqueño”. En aquel momento lo definieron como “lo que es privativo de la isla de Puerto Rico”. Illyanna Maisonet, como Natalia Vallejo, defiende la cultura y gastronomía puertorriqueña; Maisonet aprecia y defiende lo que es privativo de las islas de Puerto Rico porque ella también es puertorriqueña.


La foto de la entrada proviene de Eater San Francisco y de Getty Images. La de abajo fueron screenshots de Instagram de Bonita Radio y del podcast Hablemos de Comida. Estos últimos reseñaron el evento aquí. Puedes ver el discurso de Illyanna Maisonet aquí y el de Natalia Vallejo acá.

  1. Traducciones mías de los stories.

Esta columna es parte de La Fiambrera, un proyecto que enlaza mis amores por la investigación en sistemas agroalimentarios, la comida y cocina, al igual que la narrativa. Recibe una fiambrerita todos los domingos. Suscríbete aquí.

4 respuestas a “Illyanna Maisonet y Natalia Vallejo ganaron un Premio James Beard: Algunas reflexiones sobre la puertorriqueñidad”

  1. Me encantó. SOMOS puertorriqueños!!!

    Le gusta a 1 persona

  2. Avatar de Johanie Riverā Zayas
    Johanie Riverā Zayas

    Hermoso escrito. Gracias, gracias!

    Le gusta a 1 persona

Replica a Johanie Riverā Zayas Cancelar la respuesta