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Fue parte de la fiambrera del 30 de abril de 2023.

Esta semana he estado pensando mucho en mi relación con el mar. Particularmente, desde que vi el cortometraje, Villas Pesqueras, de Claudia Crespo. El documental narra las experiencias de cinco pescadores puertorriqueños. Utiliza material de archivo para dejarnos saber cómo los retos que había, persisten o se han exacerbado. El cortometraje está compuesto de varias estampas donde la pantalla se divide en dos para contrastar y cuestionar lo que hubo con lo que hay y así proveer un espacio para reflexionar sobre lo que habrá, en torno al sector pesquero y su bienestar.
Yo no creo tener la relación con la mar como la tienen pescadores. Para mí, en general, el mar, la playa, es algo que he asociado con “parque”, “ocio”, “turismo”… Aunque la villa pesquera, la pesca, quiénes se lanzan al mar a las cinco de mañana, han sido figuras cotidianas para mí desde chiquito (quizás por vivir en Juana Díaz, tener tíos que pescaban y que tenían amistades pescadoras comerciales), no fue hasta hace poco que he dedicado tiempo para reflexionar sobre mi relación con el mar. Luego del cortometraje, en Pública, se dio una conversación bien amena… Y tengo que clarificar: no he pensado en mi relación con el mar y el sector pesquero desde que vi el documental, sino desde que alguien allí comentó que no conocía de las villas pesqueras o que desconocía sobre el sector pesquero de Puerto Rico. (Lo cual sucedió gracias al cortometraje, dicho sea de paso).
Nuestro sistema agroalimentario, sus dinámicas, su cultura, en general, se enfoca bastante en lo terrestre. Si no es que nacemos y nos criamos en un barrio costero o tenemos la dicha de ser familiar o amistad de pescadores comerciales, entiendo bien difícil que podamos comprender y sentirnos parte de la cultura costera. Incluso, si indagamos sobre el proceso de recuperación, luego del huracán María, podemos notar que el sector pesquero continúa siendo uno marginado y rezagado. Tirijalas entre del Departamento de Recursos Naturales y el Departamento de Agricultura recrean un laberinto difícil de navegar para pescadores comerciales, quiénes carecen, en muchas ocasiones, de recursos administrativos, de tiempo y económicos, para manejar la burocracia: licencia comercial, estadísticas pesqueras; rampas y muelles, a veces de Recursos Naturales o municipales, todos deteriorados, lockers de Agricultura (cuyo logo ni un pescado tiene); villas pesqueras con títulos de propiedad que no permiten que pescadores tengan injerencia sobre una infraestructura crítica para el manejo y procesamiento de pescados y mariscos. Son muchos los retos y las dificultades que persisten y se repiten: el cortometraje Villas Pesqueras es una ventana para ver eso y más [1].
Las estructuras institucionales que rigen al sector pesquero parecen no estar alineadas con las necesidades de estos. Hemos visto como las libras pescadas se han reducido, así como el número de villas pesqueras y pescadores comerciales. El cortometraje de Claudia, junto al episodio Pesca de La Mafia, son buenísimas piezas audiovisuales para acercarnos a ese sector y comprender mejor la situación de este [2]. Ambas piezas nos permiten un espacio para reflexionar sobre cómo podemos relacionarnos con la mar de tal manera que logremos una consciencia cómo se ha estado desarrollando estos últimos años sobre la agricultura y nuestras seguridad y soberanía alimentarias.
Ahora es más común que antes que nos refiramos a Puerto Rico como “archipiélago”, como “islas”. Dado impactos de la crisis climática, como el aumento en el nivel del mar y la pérdida de recursos marinos, sumando también los cuestionamientos a cómo se ha lacerado nuestro derecho a tener playas accesibles, noto una mirada menos superficial hacia la costa. ─Aunque aún persiste el decirle “islitas” a las otras “islas” o Antillas Menores. Quizás algo relacionado al tamaño incide en nuestra cercanía al mar. Otras islas son más dependientes de la pesca que de la agricultura terrestre. ─ Además, nuestra historiografía culinaria y de reforma agraria de los 50, cuando pasó el “manos a la obra”, han transformado nuestro paisaje agroalimentario [3]. Quizás el bacalao es nuestro pescado más conocido. ─Bacalao congelado y atún enlatado. Eso es lo que hay aquí, en la alacena de casa.
Quizás sea más común encontrar bacalao y atún enlatado en nuestras cocinas que otros pescados y mariscos. Me atrevo a decir que esos dos, aparte de camarones, langosta, carrucho, dorado, tilapia y chillo, son los más que nombramos, compramos y comemos. Podemos añadir sierra y mero, otros también. No sé. Pero en general, la mayoría de las personas en Puerto Rico compramos pescados y mariscos en supermercados, los cuales importamos entre un 90-96%, mayormente de Asia y el Pacífico. Eso es distinto en la costa, donde hay mayor diversidad: bonito o atuncito, carite, peto, cojinúa, entre otros (cuyos nombres varían a través de nuestras costas). Una manera de relacionarnos mejor con la mar, puede ser eso: conocer más de sus recursos e intentar expandir nuestro paladar para así apoyar mejor nuestro sector pesquero, a la vez que fortificamos nuestra seguridad y soberanía alimentarias.
En el cortometraje, si mal no recuerdo, un pescador menciona que no hay tanto interés de los jóvenes en salir a pescar. Yo creo que sí hay mucha gente que quiere pescar, similar con la agricultura, pero que carecen de los mecanismos o apoyo institucional para hacerlo. Tampoco recibimos una educación agrícola y pesquera adecuadas como para hacernos conscientes desde chiquitos sobre la importancia del mar en nuestra dieta. Nuevos pescadores, como Anthony Elizo, por ejemplo, nos han acercado a la costa y contribuido a continuar dando visibilidad a los asuntos del sector pesquero. Proyectos enfocados en apoyar nuestros productos locales, al igual que cocineros y restaurantes, entre otros, como el programa Come Pez León, abren camino para que nos relacionemos de una manera directa con la mar. A lo mejor, para relacionarme mejor con la mar, debo salir un día a pescar. ¿Cómo tú te relacionas con el mar y nuestro sector pesquero?
Esta columna es parte de La Fiambrera, un proyecto que enlaza mis amores por la investigación en sistemas agroalimentarios, la comida y cocina, al igual que la narrativa. Recibe una fiambrerita todos los domingos. Suscríbete aquí.
Nota: el título se refiere al arte de pesca (chinchorro)

Referencias
- Hay varias referencias para conocer sobre los retos, historia y estado actual del sector pesquero. Aquí algunas que han informado mi pensamiento:
a. Agar et al., 2020. The Aftermath of Hurricane María on Puerto Rican Small-Scale Fisheries. Coastal Management.48:5 https://doi.org/10.1080/08920753.2020.1795967
b. Agar et al., 2021. COVID-19 Impacts on Puerto Rican Small-Scale Fisheries in the First 6 Months. doi: https://doi.org/10.7755/MFR.83.1-2.3
c. Cruz Torres, et al., (n.d.) The Contribution of Small-Scale Fisheries to the Culture, Economy, and Food Security of Coastal Communities in Eastern Puerto Rico.
d. Gómez Andújar et al., 2022. Social cohesion and self-governance arrangements among small-scale fisheries in Puerto Rico. Frontiers in Marine Sciences. Volume 9 – 2022 | https://doi.org/10.3389/fmars.2022.966309
e. Matos Caraballo (2019) Portrait of Puerto Rico´s Commercial Fisheries Two Years After the Impact of Hurricane Maria. Presentation, 168th CFMC Meeting.
f. Matos Caraballo y Agar (2011) Census of Active Commercial Fishermen in Puerto Rico: 2008
g. Matos-Caraballo, D., Agar Donald, J., Valdés Pizzini, M. (2010, mayo) ¿Cuántos pescadores activos hay en Puerto Rico? Fuete y Verguilla. 4(2): 3-7. Retrieved from: http://seagrantpr.org/v2/wp-content/uploads/2014/11/fuete_y_verguilla_vol4num2.pdf%5D
h. Rodríguez Cruz, Luis Alexis (2020) Retos y oportunidades para el manejo y procesamiento de pescados y mariscos entre pescadores comerciales del oeste de Puerto Rico. Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.
i. Valdés Pizzini, Manuel (2011) Una mirada al mundo de los pescadores en Puerto Rico: Una perspectiva global. Programa de Colegio Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico. ISBN 1-881719-17-0
j. Villegas et al., 2021. Cooperation and conflict in the small-scale fisheries of Puerto Rico. Marine Policy. https://doi.org/10.1016/j.marpol.2021.104809 - Sí, los cortometrajes tienen objetivos bien específicos y no necesariamente tocan temas que para mí matizan o permiten atisbar, por lo menos, la complejidad del sector pesquero. Por ejemplo, raza y género; no es lo mismo ser pescadora que pescador; geografía, no es lo mismo salir a pescar de Cabo Rojo que de Culebra. Me hubiese gustado ver más ejemplos de lo posible, conversaciones en torno a soluciones sustentables, transformaciones, política pública y el rol del comensal (consumidor).
- Hay mucha literatura que aborda esto desde la antropología y la historia. Creo que también hay varias personas que están indagando sobre nuestros “imaginarios culinarios”, como Mónica B. Ocasio Vega. Aquí algunas referencias que han informado mi pensamiento:
a. Benedetti (2018) Palabras de Pescadores: Entrevistas con pescadores comerciales de Puerto Rico: 1991-1995. Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico.
b. Ensayos de Manuel Valdés Pizzini sobre la costa y el sector pesquero. Véase: https://www.80grados.net/author/manuel-valdes-pizzini/
c. Griffith y Valdés Pizzini (2002) Fishers at Work, Workers at Sea: A Puerto Rican Journey through Labor and Refuge. Temple University Press.
d. Ortiz Cuadra (2006) Puerto Rico en la olla, ¿aún somos lo que comimos? Ed. Doce Calles.
e. - Relacionados al comentario 2:
i. Resaltan el aporte femenino a la pesca puertorriqueña. El Nuevo Día, 2020.
ii. Yolanda escogió ser pescadora. Primera Hora, 2021
iii. La mujer en la pesca. Revista Fuete y Verguilla
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