Esta columna fue publicada el 22 de marzo de 2023 en El Nuevo Día. El título que parece es el establecido por ENDI. El original era: «Dejemos de ser reactivos y seamos proactivos ante la crisis climática». English version available here.
No hay que ser científico para destacar que en Puerto Rico estamos experimentando sequías más extensas, temperaturas altas, además de huracanes y tormentas fuertes. Aunque las sequías y los huracanes son parte del ciclo natural de nuestra región, la crisis climática está asociada a que estos fenómenos sean de mayor magnitud. Esos impactos, lamentablemente, seguirán en aumento.
Leer más: Urge actuar ante la crisis climática: a mantener los embalsesAsí lo establece el Sexto Informe de Evaluación (IE6), publicado este lunes, 20 de marzo, por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. Ese informe es el producto final de una serie de publicaciones que tomó años de trabajo y que reunió a más de 700 científicos. El informe, endosado por 195 países, resume los hallazgos recientes de más de cien mil estudios sobre los impactos presentes y futuros de la crisis climática.
Según el informe, las islas del planeta producen menos emisiones de gases de efecto invernadero que el promedio global. Sin embargo, son más propensas a experimentar mayores impactos climáticos, cuyos daños se exacerban dadas las características isleñas, como dependencia a importaciones, territorios limitados, pobreza y desigualdad económica de las personas que las habitamos, entre otras condiciones que aumentan nuestra vulnerabilidad.
En Puerto Rico sabemos que los desastres nunca son naturales. Dado a lo que se espera, urgen cambios en nuestra política pública y manera de hacer las cosas para poder mitigar y adaptarnos a impactos presentes y futuros. ¿Y qué se puede hacer? Aunque hay varias cosas que se pueden hacer a nivel individual, para lograr un cambio radical, la acción gubernamental y colectiva son necesarias.
El mantenimiento de los embalses es uno de los ejemplos más claros e importantes dado los eventos de sequía extrema que tenemos en Puerto Rico. Desde pequeño siempre he escuchado la misma historia: que no se hacen dragados, hay cientos de salideros y que no se conserva el agua o se protegen las cuencas de los ríos. Una mejor administración y manejo de los embalses, mantenimiento del sistema de agua potable, al igual que mejores usos de terrenos, nos ayudaría a tener agua en momentos de sequía prolongada. Si se conoce que de la montaña va a salir un chorrito de agua, y pudiendo poner una olla, se pone un vasito, bendito…
Ya tenemos la ciencia y los datos, falta la acción. Según el informe, el planeta tiene hasta el 2030 para lograr un cambio radical que evite que la temperatura global exceda 1.5 grados Celsius. Un aumento de esa magnitud impondrá mayor presión sobre los recursos de agua e incrementará lo que ya estamos experimentando. Cabe destacar que el informe detalla que entre 2010-2020, la mortalidad por sequías, inundaciones y tormentas fue 15 veces mayor y que aumentaron desplazamientos por eventos extremos. El gobierno de Puerto Rico debe dejar de ser reactivo, asumir un rol proactivo y tomar las acciones urgentes para mitigar los impactos de la crisis climática. El mantenimiento adecuado de los embalses es una de tantas acciones que se pueden hacer.

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