La Mestura de diciembre 2025

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Se sortearon tres ejemplares del calendario 2026 de aves de la artista de Lucía Nieves Cortés entre quienes tienen alguna membresía de La Fiambrera. Quienes ganaron fueron: Sofía, Giovanna y Aracelis. ¡Felicidades!

Y el paquetito de chucherías, sorteado entre quienes reciben La Fiambrera en su email, se lo llevó Leticia Gayol.


LA MESTURA de este mes se escribió en Guatemala. Incluyo algunos apuntes desde ese viaje. Este suplemento es el que reciben quienes tienen alguna de las membresías de La Fiambrera. Si te gusta y quieres apoyar mi trabajo, puedes considerar suscribirte a una membresía mensual o anual, van de $1-$5.


Apuntes desde la Antigua Guatemala

1.

Nos preguntó que cuál es “la música tradicional de Puerto Rico”, después de alzar los cristales del carro y prender el aire acondicionado. Quizás hasta el conductor que nos llevaba de Ciudad de Guatemala a la Antigua ya sentía los rayos picosos del sol y le costaba respirar por el humental de carros que formaban un tapón a la puertorriqueña. “¿Merengue?”, dijo. “Bomba, plena, salsa”, contestó mi amiga Ciari. “Y reggeatón”, añadí risueño. El conductor sacó una carcajada y subió el volumen del radio. Sonidos melodiosos que combinaban el xilófono y otros instrumentos que pudieran hacer acordes con el quetzal guatemalteco que nunca vi llenaron la atmosfera del auto. “Esta es la nuestra, la marimba”.

Aterrizamos en el aeropuerto La Aurora a eso de las once de la mañana. Perdimos la primera conexión porque el avión salió tarde de San Juan. Detesto viajar, pero aún más si hay que estar en el SJU a las cuatro de la madrugada. “El tráfico se ha puesto pesado en los últimos años”, nos decía, mientras se salía de la ruta principal para tomar algunos atajos. Lo que hace unos cinco o seis años tomaba menos de una hora, hoy en promedio se puede tomar casi dos horas para llegar a Antigua, la cual está entre los destinos guatemaltecos más populares (sino el que más).

Ciari ya estaba en otro mundo y mi cabeza iba de atrás pa’ lante. De repente, ella y yo abrimos bien los ojos cuando el carro empezó a vibrar en la carretera pedregosa. Llegamos a lo que fue la primera capital de lo que era el Reino de Guatemala que incluía a El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Chiapas, México. Fue abandonada por los seguidos terremotos, aunque después (y como es obvio) fue repoblada. Era un laberinto de casas coloniales coloridas que no eran más altas que las iglesias, muchas de ellas en ruinas que miraban los volcanes de Fuego, Agua y el Acatenango. Me quedé mirando a uno de ellos que no supe identificar cuando el taxista nos dejó frente a Casa Mía Hotel. “¿Y si explota”, le pregunté a Ciari. Luego en el viaje ella me corrigió. “Los volcanes erupcionan; no explotan, ni estallan”.

2.

            Caminamos la mañana tranquila por diversas calles de esa ciudad que poco a poco se iba llenando de motoras y voces. Basta un fin de semana para recorrerla, para ver las imponentes estructuras religiosas, aunque no para probar sus todas sus fondas y restaurantes. Alegría Café, Gran Café, Café Sol y Café de Artista me sirvieron buenos cortados con café guatemalteco. Siempre que viajo rompo mi regla de no beber café después de las cuatro de la tarde. Lo necesito, si es que quiero durar hasta las tantas. Me es imposible “descansar” en un viaje. O sea, si solo voy a estar dos días en un lugar, no quiero perder horas mirando el techo en el cuarto. Y que bueno que salimos temprano, pues pudimos ir al techo de la basílica para tener una vista bonita hacia el Volcán de Agua que ese día decidió no vestirse de neblina.

            El mejor almuerzo lo tuvimos en El Comalito. En Guatemala también se valora al maíz. Allí nos sirvieron tortillas blancas, verdes, amarillas y violetas. Los plátanos maduros en mole dulce son imperdibles. Y si hubiese podido comprar un pote de su salsa de tomate, lo habría hecho. Adobe, Rinconcito Antigueño, Chermol y otros tantos son buenas opciones. Me gustó mucho que entrábamos a varias tienditas y lugares para comer que de repente tenían otro mundo adentro. Bianca estaba maravillada con los patios interiores y con la arquitectura que entrelazaba varios materiales con la naturaleza de la zona. Por allí encontramos, incluso, una tienda de muñecas quitapenas.

Eran seis muñequitos hechos de palitos de fósforo y telas dentro de una bolsita colorida: La Muñecas Quitapenas de Guatemala. Tienen origen maya y su nombre canta el propósito: están hechas para quitarte las penas o las preocupaciones. Compré unas cuantas en el mercado de artesanías para traer de souvenirs. Existen diversas instrucciones y me gusta la historia de que fueron creadas por la Diosa Ixmucané. Antes de dormir, sacas las muñequitas de la bolsa y le dices qué quieres soltar y porqué. Hoy, en terapia, a eso le llamaría metacognición. Hablar en tercera persona en voz alta sobre lo que te preocupo, puede ayudar a procesar emociones difíciles. ¿Cuántos otros tratamientos modernos están basados en prácticas ancestrales?

3.

Ese día lo terminamos en la Cervecera 14 que mira al Volcán de Fuego, hoy activo. No pensé que antes de que acabara el año retrataría humo volcánico, tampoco que iría a Guatemala o que tendría un viaje a fin de año. Jenny nos entusiasmó a coincidir con ella allí. Y es que, en otro momento, hubiese dicho “que no” por razones laborales, por priorizar el trabajo para otros. Si algo quiero dejar en el 2025 es trabajar para las ideas y proyectos de otras personas. No que eso esté mal; tampoco quiere decir que no colaboraré, pues nada se hace en soledad, pero que mucho he pospuesto ideas o proyectos propios por dedicarle mayor tiempo y energía a los de otras personas. Pensaba en eso mientras esperaba los besos de humo que salían del Volcán de Fuego.

            Al caer la noche, vamos lucecitas que se movían por la montana a lo lejos. Hay muchas excursiones hacia el cráter. Allí, con cerveza en mano, en el silencio, criticamos semejante hazaña. Hay distintos tipos de turismo, claro. Aunque pues, en mi caso, si me puyan lo suficiente, accedo, algo así les decía a las muchachas. En el Perú hice cosas que me sorprendieron. La música repentina en inglés nos sacó de onda. Y es que ese sitio parecía una estampa gringa. ¿Cuánta gente de Guatemala puede ir a disfrutar ese sitio? ¿o los sitios de la Antigua? Ahí, cuando llegan esos pensamientos, es cuando la cerveza deja de saber buena. ¿Cómo no ser un turista que abona a los malestares de un pueblo? Quizás quedándose en su casa.


Google Maps de Antigua, Guatemala. Tiene sitios que visité y otros a los que querí ir, pero que no pude. Accédelo aquí.


La Carta de La Fiambrera

Este mes no te traigo lo que me comí (La Carta para llevar) o cociné en diciembre (La Carta para aquí). Te comparto los sitios a los que fui este año que me gustaron mucho. En La Mestura de enero escribí sobre los 25 sitios que quería visitar en el 2025. Que iluso–no fui ni a la mitad. Pero sí pude visitar algunos de esa lista. Aquí algunos lugares memorables a los que fui este año y que volvería (no están en orden de preferencia, sino en orden de visita):

Brisas del Mar, Cabo Rojo

Ay, todavía pienso en su sangría frozen. Me cambió la vida. No te pierdas las bolitas de queso y la pesca del día. Si la pides en salsa criolla, mejor.

La Hicotea, Utuado

Siempre que alguien me visita en UPR Utuado, les llevo a almorzar a la Hicotea (antes La Placita del Viví y antes de eso, Las Tortugas). Ahora hacen desayunos y tienen horario extendido. Su barrita, una terraza, me gusta mucho. SU carne frita con repollo y tostones del país, em gusta más.

Júbilo, Arecibo

Recuerdo con mucho cariño su plato de guanimos/es con carrucho guisado. Nunca fallan con el café. Aunque detesto los brunch y desayunar fuera de mi casa, haber desayunado allí no me molestó. Rotan el menú los fines de semana para sus cenas. Los precios no asustan.

La Faena, Guaynabo

Si me llevas leyendo hace un tiempo, el que La Faena esté aquí no te debe sorprender. En una fiambrerita pasada escribí sobre el lugar. No suelo escribir sobre restaurantes, pero este merecía un ensayo. Este año fui tres veces cuando amistades de afuera estaban de visita en Puerto Rico.

La Curva del Caracol (Pollos El Típico), Utuado

Si vas a Utuado y no fuiste aquí, pues no fuiste a Utuado. Si solo pido batata en almíbar, salgo satisfecho.

Fidela, San Juan

Si puedes ir en semana, justo cuando abren, hazlo. Solo he ido una vez. Sigo pensando en la pizza de setas. Pide la ensalada del día.

Festín en La Tala, Finca y Proyecto Agroecológico El Josco Bravo, Toa Alta

Un banquete en una finca que es ejemplo de lo posible. ¿Leíste la crónica que escribí sobre el Festín de julio? Hacen uno mensual. Espero poder ir a otro en el 2026. Cada Festín es único, no solo por quien lo cocina, sino que depende de los productos de temporada.

Manzana de Java, San Juan

Alexander me llevó para mi cumpleaños. Me parece bien interesante lo que están haciendo allí. En La Mestura de agosto 2025 compartí algunas impresiones. Quiero volver. (Me gusta mucho que tienen el menú en español).

Sur Barra Nikei, San Juan

Fuimos unas semanas después de haber llegado de Perú. Había bajón de ceviche y hace tiempo que no teníamos una cena medio «fancy». Quiero regresar.


DESDE EL SALÓN: Recomendaciones de lecturas, podcasts, entrevistas y otras cositas


El Yunque (parte 1)

«El poeta promete escribir una crónica de Puerto Rico que sea mejor que la que escribió años atrás». Crónica de Frank Báez


Millones han huido de desastres meteorológicos, pero tuvieron pocos defensores en la COP30

Los inmigrantes, refugiados y las personas desplazadas por el clima siguen siendo uno de los grupos más vulnerables al cambio climático, que es causado en gran medida por la contaminación de la industria de los combustibles fósiles. En la última década, los desastres meteorológicos han obligado a unas 250 millones de personas a buscar nuevos hogares dentro de sus países, estima un reciente informe de la ONU. Eso equivale a 70,000 personas al día. Y estas cifras no incluyen a quienes cruzan fronteras internacionales. (Por Yessenia Funes, Yale Climate Connections)


«¡Sintoniza el episodio más reciente de nuestro 𝗣𝗼𝗱𝗰𝗮𝘀𝘁: 𝗠𝗘𝗜𝗻𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮! 🎙️🙌
En este episodio, nuestros recursos invitados, la Dra. Carol E. Ramos Gerena, Profesora de la Escuela Graduada de Planificación de la UPR; y sus estudiantes del curso de Planificación de Sistemas Alimentarios, Javier A. De la Rosa López, Paula A. Miranda Marty, Patricia Cruz Muñiz & Gabriel J. Davila Ceinos ; nos definen y adentran en el proceso de planificación y diseño de los sistemas alimentarios». Escúchalo en Spotify, Apple Podcasts o YouTube.


El arroz en Puerto Rico

«Originado en China, cultivado y cuidado en América por manos africanas y plato principal en el Caribe, el arroz es hoy el grano de la discordia del nuevo espectáculo político estadounidense». (Por José Lee Borges en El Nuevo Día)


Paraguay vende como solución al clima la misma soja que intoxicó dos pueblos

«El gobierno presenta en la COP30 como medida de mitigación y agricultura regenerativa la misma soja relacionada a daño genético en niños en San Juan y la muerte de Rubén Portillo en Yerutí». (Por Maximiliano Manzoni, Consenso)


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