
Todas las membresías te permitirán acceder el contenido mensual de La Mestura. Escoge la que mejor se ajuste a ti. Puedes escoger una de las tres suscripciones anuales (por escala o sliding scale) o la de acceso por un solo mes (esta última opción estará disponible solo para el Vol. 1).
Gracias por considerar suscribirte y aportar al pote de La Fiambrera. Tu apoyo me permitirá costear esta plataforma, mantener un archivo y que La Fiambrera pueda llegar a más personas. Cada Mestura incluirá un contenido diverso, complementando el de tu fiambrerita semanal.

La semana pasada no te envié tu fiambrerita porque cogí un break por mi cumpleaños 🥳 Celebré un pizza party con amistades queridas (¡gracias, 188 Pizzería!🍕) y me hice un bizcocho de helado 🍨 Los sabores eran café y mascarpone entre capas de bizcoho de mantequilla quemada, topeado con una crema batida salada 🥰 mi segundo trabajo a los 18 fue ser heladero; parece que estoy volviendo a eso.

También me regalé un print de Alberto Santiago. Tengo otra copia para regalar entre quienes tienen una suscripción anual a La Mestura. Voy a sacar el nombre de la tómbola el domingo que viene. Si quieres participar, tienes hasta el sábado para suscribirte a cualquiera de las anualidades.
También haré un giveaway de 5 paquetitos de chucherías entre quienes reciben su fiambrerita semanal. Es un gran regalo para mí contar con tu lectura y que se sigan sumando más personas a recibir su fiambrerita semanal.

Suscríbete para acceder La Mestura
Plato principal de este mes:
Sobre la escasez de amor
No la vimos ese día en la escuela. Era raro no verla en el lobby durante las horas libres. Tampoco la vimos el día anterior, ni tampoco en el Messenger o en MySpace. De repente, una tarde ya fuera de la escuela, nos llamó en trilain para que fuéramos a su casa. Su cara era una combinación de rojos y violetas que combinaban con la tristeza, la vergüenza y la rabia en sus ojos. Había ido a la casa de otra compañera de la escuela a reclamarle por estar hablando mal de ella, por insinuar que le “quería quitar al novio”. En aquel tiempo nos era común (y hasta normal) las peleas entre estudiantes por el “amor” de alguien, por riñas y comentarios, por mantener popularidad y poder.
Deja un comentario