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Plato principal de este mes:
Del verbo regresar: Apuntes desde Vermont

1.
Una amiga me dijo que mi viaje reciente a Vermont fue casi mi viaje Eat, Pray, Love—Alexander no supo de la referencia a ese libro… En la pasada fiambrerita escribí unas reflexiones sobre volver allí, durante el aniversario de María. Ella me dijo eso después de leer mis reflexiones sobre volver. Fue bonito regresar por muchas cosas, entre ellas porque pude conectar y reconectar con tanta gente querida. Pero también, reconectar con ese entorno de cuatro estaciones.
Estar allí como visitante, como turista, de verdad, fue bonito. Pienso que haberme ido hacia allá—hastiado de mi situación de aquel entonces en Puerto Rico—me ayudó a reconciliarme con estas islas. No sé, a estar más centrado en mi entorno juanadino; a entender el entorno desde el entorno mismo. Conste, que andar allá no equivale a estar en un carnaval gozando. Hubo sus retos y momentos terribles; vivir experiencias tan ajenas a mí en Juana Diaz. Y tuve amistades que sufrieron ataques racistas y discriminatorios. Se puede reconocer lo bonito sin evadir lo terrible.
Pero nada, La Mestura de hoy no es una crítica, sino una recolección o más bien una selección de apuntes y estampas de esos días allí.
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